Sabemos que no existen los crímenes perfectos, sino tan solo, investigaciones defectuosas.
En tal sentido, aconsejamos a las victimas de un delito determinado, a presentarse como parte querellante o particulares damnificados a fin de impulsar, junto con el acusador público, la investigación penal.
La asunción de un rol activo en el proceso, permite a la víctima, no solo estar informada de los trámites de la causa, sino que además, se garantiza un control efectivo de la prueba, y un rol decisivo en la producción de la misma.
Nos oponemos férreamente a la famosa expropiación del conflicto consumada por el Estado, que relegaba la intervención de la víctima durante el proceso.
Es dable destacar que, la acusación pública, no siempre puede poseer los mismos intereses que el acusador privado. Tal desequilibrio procesal, solo puede ser compensado, mediante la intervención activa de la víctima, asumiendo la calidad de parte en el proceso.